Córdoba: se realizaron tareas de compensación de huella de carbono por la Asamblea de la RAMCC
En la plazoleta General Belgrano del Parque Sarmiento, la Municipalidad de Córdoba, en conjunto con un gran número de organizaciones que acompañaron la propuesta, realizó una forestación para compensar la huella de carbono de la última asamblea de la RAMCC. Este trabajo colaborativo fue posible gracias al trabajo conjunto de distintos actores de la ciudad de Córdoba comprometidos con la mitigación del cambio climático.
La forestación se realizó próximo al monumento a Manuel Belgrano con especies nativas de la provincia. De esta forma, la huella de carbono generada por la VI Asamblea Nacional de la Red Argentina de Intendentes frente al Cambio Climático (RAMCC) fue compensada con esta plantación de árboles.
Las jornadas contaron con la participación de más de 1000 asistentes de toda Argentina. Se desarrollaron charlas, comisiones y exposiciones que tuvieron como eje central el cuidado del ambiente y la importancia de las acciones que cada municipio lleva adelante.
Para estimar la huella de carbono, se realizó un trabajo colaborativo entre la Secretaría de Ambiente Sustentable y Economía Circular de la Municipalidad de Córdoba, la Secretaría de Políticas de Sustentabilidad de la UNC y el Instituto de Transformación Energética Córdoba (ITEC) del Ente Municipal BioCórdoba.
También acompañaron la acción otras entidades involucradas en la realización de la asamblea, como Aguas Cordobesas, EPEC, Bancor y Lotería de Córdoba, entre otras.
El compromiso municipal por compensar la huella de carbono
La Municipalidad de Córdoba realiza forestaciones permanentemente para mitigar el impacto de los eventos que se realizan en la ciudad.
El caso de la VI Asamblea de la RAMCC se suma a una larga lista de actividades culturales, educativas, recreativas y deportivas que tuvieron lugar en la ciudad, como el Córdoba Open o el Festival Nacional de Cuarteto
Además, el compromiso municipal prevé que los eventos acompañados por el municipio sean medidos en su huella de carbono y compensados pertinentemente.
Cada árbol retiene hasta 150 kilos de CO₂ por año; esa cifra puede variar dependiendo de la tipología de cada especie y también del tipo de clima o de suelo donde crezca.
La utilización de flora nativa se fundamenta en el hecho de que tienen mejor adaptación al suelo y a las condiciones ambientales de la región; por lo cual no necesitan un riego adicional. Además, se traduce en un beneficio en la generación de hábitat de animales autóctonos, lo cual favorece la conservación de los ecosistemas locales.