Glaciares en peligro: cómo se ven afectados por el cambio climático
En Argentina, cuando de glaciares hablamos, nos referimos a toda masa de hielo estable o que fluye lentamente, que se forma por la recristalización de nieve, y que se ubica en diferentes ecosistemas, cualquiera sea su forma, dimensión y estado de conservación. Así se estableció en la Ley Nacional N°26.639 de Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial, que pretende establecer los umbrales mínimos de protección.
Lo cierto es que, a medida que la Tierra se calienta debido a las altas concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, los glaciares se repliegan. El balance entre la nieve que se acumula y el hielo que se pierde por derretimiento y desprendimiento, es negativo, dando como saldo una reducción en la superficie de los glaciares.
Algunos glaciares retrocedieron al punto de desaparecer y pasaron a considerarse simbólicamente muertos, ya que su situación es irreversible. Tal es el caso del glaciar Okjökull, en Islandia. En 2014 científicos registraron que su volumen era tan pequeño que ya no podía considerarse un glaciar.
Además, los casquetes polares, considerados glaciares, también están experimentando retrocesos sin igual que no solo provocan un aumento del nivel del mar sino que también pierden su potencial de efecto albedo: al fundirse el hielo, es reemplazado por la masa oscura del océano, la cual absorbe más luz y calor, exacerbando el cambio climático.
Las últimas noticias rondaron en relación al casquete polar de la Antártida, cuya superficie en febrero de 2023 fue un 34% menor a su superficie media, un indicador alarmante que marcó récords históricos.
La situación para el casquete polar del Ártico es aún peor. Cada septiembre su superficie es aún menor a la registrada el año anterior, con lo cual además de provocar un aumento del nivel del mar y menor efecto albedo, genera las condiciones para que una zona antes prístina, sea cada vez más accesible y, con ello, explotada.
Glaciares en Argentina y el rol de los gobiernos locales
En el territorio nacional, más allá de
la conservación de los glaciares que establece la ley, resulta esencial evitar
una explotación no racional y asegurar su sostenibilidad en el tiempo. Los
glaciares argentinos están retrocediendo, por lo que, desde una perspectiva climática, la ley no es suficiente ya que la responsabilidad no es solo jurisdiccional, sino
global y colectiva.
El emblemático glaciar Perito Moreno comenzó un proceso de retroceso desde el 2019, año hasta el cual se mantenía en equilibrio. No obstante, su situación no es tan preocupante como otros: se estima que el 85% de los glaciares andino patagónicos presentan evidentes signos de retrocesos y el glaciar Upsala, en Santa Cruz, retrocedió un total de 300 metros en solo 8 meses.
Ahora bien, desde el punto de vista climático, como ya mencionamos, la situación de los glaciares no es mera responsabilidad local. En ese sentido, la adaptación al cambio climático no tiene alcances para remediar la situación pero sí lo tiene la mitigación, es decir, la reducción de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero que terminan acumulándose en la atmósfera.
A medida que los gobiernos, en todos sus niveles, aúnen sus esfuerzos para reducir sus emisiones, se limitará el aumento de la temperatura y con ello la pérdida de glaciares. Aunque su condición de retroceso continuará por un tiempo hasta que logren estabilizarse. En tanto, urge la necesidad de implementar medidas de mitigación ambiciosas, rápidas y efectivas.
Considerando que se trata de responsabilidades compartidas pero diferenciadas, desde lo local los gobiernos pueden establecer sus estrategias de mitigación que, indirectamente, colaborarán para evitar la reducción de los glaciares. En el marco de los Planes Locales de Acción Climática, y a través de la estrategia de mitigación, los municipios establecen la hoja de ruta para reducir sus emisiones y alcanzar eventualmente la neutralidad en carbono.
Desde la Red Argentina de Municipios
frente al Cambio Climático acompañamos a más de 80 municipios argentinos en la
elaboración de sus planes de acción climática. En conjunto, los municipios, se
comprometieron a reducir un total de 8.850.977 toneladas de CO2eq a 2030, una
cifra que equivale a la cantidad de carbono que pueden absorber más de 132
millones de plántulas de árboles urbanos crecidas durante 10 años[1].
Los Planes Locales de Acción Climática son herramientas fundamentales que permiten llevar a cabo una gobernanza climática basada en las particularidades locales y con resultados y repercusiones a nivel global.
Ver todas las noticias