Bioinsumos en la agricultura ¿transformación real o simple maquillaje?
En esta nota se abordarán algunos aspectos del intenso debate que actualmente se desarrolla sobre los llamados bioinsumos para la agricultura. En el marco del proyecto Empleos Verdes Locales, desde la Asociación Civil IN SITU, se viene desarrollando una serie de acciones conjuntas con los agricultores que buscan incorporar este tipo de componentes a los procesos productivos. A lo largo de esta nota, se intentará definir el escenario actual y las miradas que suscitan el debate en torno a este fenómeno.
Una alternativa posible
En los últimos aí±os, los bioinsumos vienen ganando terreno de forma acelerada. Este dinamismo responde, en parte, a su propia lógica de desarrollo y mejora continua que los hace más efectivos y disponibles para el agricultor. No obstante, existen al menos dos variables que los traccionan de manera permanente: la primera, hace referencia a la acuciante necesidad de transformación en clave de sostenibilidad que los sistemas productivos en general afrontan en un escenario de cambio climático y degradación ambiental cada vez más evidente. En segundo lugar, y no disociado a lo anterior, aparece la necesidad de encontrar alternativas para reducir costos en la producción agropecuaria, cuyo “paquete†de insumos químicos y servicios especializados carbonodependientes representan una porción cada vez mayor de lo obtenido al fin de los ciclos productivos.
Fuente: https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/observatorio_bioeconomia/indicadores/04/index.php
Sostenibilidad y producción: miradas en disputa
Antes de profundizar en aspectos específicos, es necesario presentar el cuadro general de miradas e interrogantes que se extienden hoy sobre la temática. La primer cuestión que aparece es si la adopción de dichos insumos representa por sí misma una transformación de los aspectos que componen el paradigma de la sostenibilidad o, simplemente, es un cambio superficial que implica el uso de productos menos cuestionados o peligrosos que los empleados en la actualidad pero sin impacto en las bases económicas, sociales y ambientales de los sistemas de producción. Hay quienes afirman incluso que son un complemento de los productos químicos convencionales (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes - CASAFE) mientras que otros plantean que es deseable reemplazar a estos últimos por bioinsumos (Cámara Argentina de Bioinsumos - CABIO), mientras que otras opiniones como las enroladas en el ámbito de la agroecología ven más en el cuadro que las anteriores y entienden a los “bio†como parte necesaria pero no suficiente de una transformación mayor.
Otra cuestión muy debatida es sobre el impacto en la productividad de los cultivos ¿se pueden obtener los mismos rindes? ¿Se pueden sostener, e incluso mejorar, los niveles de rentabilidad? Por otra parte, muchos se interrogan acerca de la posibilidad de romper con algunas dependencias nocivas de los agricultores (fundamentalmente los pequeí±os y medianos) respecto a prestadores de servicios comerciales en pos de lograr mayor autonomía: ¿en cuánto aportan los bioinsumos a la independencia de los agricultores? Y en relación a esto, ¿quiénes los producen? ¿Se abre una oportunidad para no depender de grandes empresas transnacionales en este aspecto? ¿Pueden ser autoproducidos, puede nacer un nuevo tejido de PyMEs regionales para su aprovisionamiento? Por otra parte, ¿qué opinan los agricultores al respecto? ¿Cuál es su grado de conocimiento sobre esta temática?
Finalmente, aunque sin pretensiones de agotar las múltiples y relevantes aristas del debate, aparecen las discusiones sobre el rol de la política pública al respecto, ¿qué pueden hacer los Estados para propulsar el empleo de dichos insumos? ¿Existen hoy día herramientas de política para su desarrollo? ¿Existen experiencias a nivel local/regional de producción de bioinsumos apoyadas por los respectivos gobiernos?
Empezando por el principio, ¿qué son los bioinsumos?
Se puede definir a los bioinsumos como productos obtenidos a partir de organismos benéficos presentes en la naturaleza, como ser: bacterias, hongos, virus e insectos, como a partir de extractos vegetales, “residuos†de origen animal o elementos minerales. Su empleo permite controlar o repeler plagas y enfermedades de los cultivos, pero fundamentalmente su aplicación apunta a promover el sano crecimiento de los mismos. Desde este punto de vista, la sanidad, calidad, salud y rendimiento de la planta es una meta unificada que convive con un impacto neutro sobre el agroecosistema y sin representar un riesgo para la salud del agricultor/aplicador.
También debería ser parte de la definición de un bioinsumo el buscar la obtención de alimentos seguros, es decir, se contemplan tanto los aspectos productivos como los de la salud ambiental y humana a lo largo de todo el sistema de producción y consumo.
Sin adentrarnos en aspectos técnicos, los bioinsumos pueden ser agrupados en dos grandes categorías:
- Los biofertilizantes o bioestimulantes (PGPR) cuyo objetivo es el de aportar un sano desarrollo de los cultivos, dentro de este grupo se incluyen todos los inoculantes y derivados de los abonos orgánicos.
- Biocontroladores o biorrepelentes permiten controlar plagas y enfermedades (micro y macro organismos que actúan en las defensas de las plantas o predan enemigos).
De este modo, los “bio†no sólo mejoran los cultivos con impacto neutro en el agroecosistema sino que favorecen a la seguridad alimentaria, prestando, además, servicios ecosistémicos como el tratamiento de aguas servidas, mejoran los procesos de reciclaje en los predios productivos y aumentan la resiliencia del sistema.
De este modo son un elemento central tanto para la sostenibilidad en el agro como para quienes propician una estrategia más general de transformación social y ambiental. De cómo se desarrolle este debate los bio expresarán todo su potencial o serán incorporados en un proceso de cambio limitado, continuaremos profundizando.
El proyecto "Empleos Verdes Locales: el rol de las Organizaciones de la Sociedad Civil como articuladoras de procesos de transición justa hacia una economía verdeâ€, es financiado por la Unión Europea y ejecutado por la RAMCC como responsable y la Cámara de Comercio Italiana de Rosario, In Situ y Wageningen University & Research como socios implementadores.
Fuentes
- Ministerio de Economía de la Nación. Observatorio de Bioeconomía.
- Nota de CASAFE: https://news.agrofy.com.ar/noticia/196024/bioinsumos-se-imponen-mercado-y-logran-facturacion-77-millones-dolares
- CABIO: http://www.cabio.com.ar/
- Imagen de: https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/observatorio_bioeconomia/indicadores/04/index.php
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