Sello de Economía Verde RAMCC: ¿qué es y qué implica obtenerlo?
Los sellos o etiquetas ambientales son un formato flexible de certificación, y constituyen instrumentos que permiten resaltar características diferenciales en cuanto al abordaje de la responsabilidad social y ambiental de un determinado producto o servicio, otorgando garantía, transparencia y credibilidad.
Las mismas tienen origen en los obstáculos que enfrentan los consumidores a la hora de poner en práctica hábitos de consumo responsable con base en información transparente y fehaciente. En este sentido, resulta generalmente escasa la información disponible acerca del origen de los materiales y la energía, como así también respecto a los modelos de producción de los bienes o servicios. A su vez, las certificaciones constituyen un elemento diferencial para las empresas que han invertido en reconvertir sus procesos de producción en términos ambientales y sociales, resultando muchas veces complejo demostrar este valor agregado.
Técnicamente, las certificaciones son acreditaciones otorgadas por un organismo de evaluación externo e independiente, que garantiza que determinados productos, servicios, o procesos, se han llevado a cabo de manera respetuosa con los recursos, los ecosistemas y las comunidades. A su vez, la mecánica de estos instrumentos implica objetivos de reducción de impactos ambientales y sociales de las actividades de las empresas o comercios, apuntando a no superar un determinado nivel en variables clave o incluso buscando que estas disminuyan con el tiempo.
En general, los sistemas de certificación se identifican con un sello o etiqueta visible que sirva como una herramienta que ayuda al consumidor a reconocer el valor agregado de estos servicios o productos. La idea es que sea una información instantánea que permita una rápida y eficaz identificación.
Uno de los principales beneficios de las certificaciones y sellos ambientales es el posicionamiento y diferenciación en el mercado, pero también existen otras ventajas como la reducción de costes, asociado a una utilización más eficiente de los recursos y materias primas o como resultado de bonificaciones fiscales. De manera complementaria, el cumplimiento de una política de responsabilidad social corporativa mejora la imagen y la relación de la empresa con las partes interesadas.
Las certificaciones existentes son producto de iniciativas privadas, organizaciones civiles o no gubernamentales, como la ISO encargada del desarrollo de normas internacionales, pero también de los propios gobiernos. Estas últimas son particularmente significativas ya que permiten entretejerse con la legislación fortaleciendo su reconocimiento e implementación.
Alguno de los sellos ambientales más reconocidos a nivel internacional son la norma ISO 14001, orientada a la gestión ambiental, de la cual han surgido otras más específicas como la ISO 50001 de gestión de la energía, la ISO 37120 sobre desarrollo sostenible en las ciudades, entre otras. FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Administración Forestal en espaí±ol) es una certificación ampliamente difundida y reconocida que garantiza la reducción y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de empresas forestales, orientadas a la evaluación tanto de plantaciones, celulosa, productos de papel o cartón.
En este marco, la RAMCC ha desarrollado el Sello de Economía Verde, el cual surgió como resultado de una encuesta desarrollada en 2021 de la cual participaron más de 300 emprendimientos de distintas áreas, en la cual cerca del 83% indicó que no contaba con certificaciones ambientales. A partir de esta información se desarrolló un distintivo que presenta 3 niveles de acuerdo al grado de avance en la implementación de acciones socioambientales: el primero hace referencia a la consciencia sobre los impactos ambientales, el segundo a la responsabilidad en la toma de decisiones y el tercero se otorga a aquellos que tengan una economía verde interna consolidada.
El instrumento a través del cual se obtiene este sello consta de 5 ejes de análisis:
- Eje Agua
- Eje Energía
- Eje Residuos y Efluentes
- Eje Insumos y Proveedores
- Eje Social
Cada uno de estos integra una serie de variables específicas que se valoran porcentualmente de 0 a 100 en función del grado de cumplimiento. En el Eje Agua, por ejemplo, se indica la reutilización de agua residual y el recambio de electrodomésticos (lavarropa, lavavajilla, etc.) por aquellos más eficientes en el consumo de agua. Mientras que en el Eje Insumos y Proveedores se valora la Priorización de insumos sostenibles y la optimización de procesos para la utilización de menores cantidades de insumos, entre otros.
Una vez valoradas todas las variables, el equipo técnico de EVL evalúa la integridad de la solicitud y se otorga la insignia correspondiente al nivel obtenido. Las gráficas son cedidas a los emprendimientos para que puedan integrarlas en la comunicación gráfica, digital y productos desarrollados, pudiendo periódicamente reevaluar el nivel conforme a la mejora en las prácticas productivas.
A la fecha, más de 100 emprendimientos han obtenido el Sello de Economía Verde, lo que permite exponer esas iniciativas de producción sostenible de bienes y servicios, como así también dar difusión a los compromisos ambientales de las personas que forman parte de los mismos. Este instrumento resulta significativo para las comunidades, usuarios y consumidores, a fin de identificar productos que reducen el impacto medioambiental y fomentan una economía más justa y representativa de los valores locales.
El proyecto “Empleos verdes locales: el rol de las Organizaciones de la Sociedad Civil como articuladoras de procesos de transición justa hacia una economía verde†es financiado por el “Programa Temático Organizaciones de la Sociedad Civil - Argentina 2020†de la Unión Europea, y ejecutado por la RAMCC como responsable del proyecto y la Cámara de Comercio Italiana de Rosario, In Situ y Wageningen University & Research como socios.
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