Los empleos verdes pueden crecer en el sector agrícola acompaí±ando el avance de la sostenibilidad
De acuerdo a un estudio, próximo a ser publicado, realizado por la Asociación Civil INSITU conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas por la Alimentación y la Agricultura (FAO), la capacidad de generar empleo de parte del sector agropecuario se incrementa notablemente a medida que se logran generar procesos de sostenibilidad en las prácticas y procesos productivos, el rediseí±o de insumos, maquinaria y tecnología en general, junto con renovadas estrategias de comercialización y consumo.
Este es un dato central para repensar las problemáticas rurales y urbanas vinculadas a la generación de empleo, más si tenemos en cuenta que en el modelo productivo actual solo se requiere en promedio 2 horas de trabajo al aí±o para cultivar 1ha de soja (Neiman; 2010). Además, y esta es otra buena noticia, todas las nuevas ocupaciones generadas podrían pertenecer a lo que se conoce como empleos verdes.
Relevamiento sobre problemáticas, políticas públicas y desafíos territoriales para un desarrollo de base agroecológico
El mencionado estudio se llevó a cabo entre los meses de Abril y Julio de 2021 centrado en cinco localidades del írea Metropolitana del Gran Rosario (AMR), Provincia de Santa Fe, República Argentina. Consistió en el relevamiento de 60 establecimientos agropecuarios que reúnen 2.798 hectáreas de acuerdo a las pautas del Instrumento para la evaluación del desempeí±o agroecológico (TAPE - Tool for Agroecology Performance Evaluation) propuesto por FAO.
El equipo de trabajo de la Asociación Civil Instituto de Intervenciones Situadas (InSitu) contó para su realización con el apoyo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y los responsables políticos de las localidades de Rosario, Pueblo Esther, Villa Gobernador Gálvez, Soldini y Pérez.
Para lograr una contextualización más adecuada, el equipo de trabajo de INSITU generó un cuestionario anexado a la metodología global que se centró en algunas problemáticas de carácter local. Una primera decisión metodológica relevante para el estudio es el hecho de incluir en la muestra un número importante de establecimientos convencionales, cuestión que se explica por la intención del equipo de trabajo de lograr comparaciones entre estos modelos de producción y los de orientación agroecológica.
El área prioritaria seleccionada en el país, la provincia y la región
Entre otras temáticas, este cuestionario anexado hizo foco en: el contacto de lxs agricultores con las políticas públicas y su niveles de desarrollo agroecológico; tenencia de la tierra, residencia y actividad productiva; problemáticas ambientales vinculadas a las zonas periurbanas, dificultades productivas en las actividades agropecuarias periurbanas y necesidades de apoyos para superarlas.
Los resultados de este informe preliminar pueden consultarse haciendo click aquí.
Los empleos verdes y la producción agropecuaria
El informe muestra que a medida que los establecimientos agropecuarios del AMR avanzan en sus niveles de sostenibilidad (medida en clave de agroecología) se requiere atender una serie de tareas y procesos que demandan mayor personal contratado por establecimiento (en tareas que van desde el trabajo con nueva tecnologías, maquinaria e insumos, labores manuales en los cultivares, hasta acciones de comercialización, diseí±o y gestión).
Si bien los números finales son parte del estudio próximo a ser publicado por el mencionado organismo internacional, en este informe se puede corroborar como a mayor nivel de desarrollo agroecológico (nivel CAET de los graficos) los agricultores tienden, en principio, a vivir más cerca de los establecimientos, como se observa en el siguiente gráfico.
A su vez, son muchos más los agricultores que viven en el medio rural cuando sus establecimientos trabajan por la sostenibilidad que en la agricultura convencional.
Finalmente, en el estudio se muestra que esta mayor demanda de mano de obra a favor de las producciones de carácter sostenible no implican reducción de ingresos económicos para los agricultores, pues el costo de la misma se ve compensado por un conjunto de factores como ser: una notable reducción de costos vía insumos empleados en uno y otro sistema, mayor diversidad productiva, mayor resiliencia vía diversidad de fuentes de ingresos asociados a la producción agropecuaria, menor endeudamiento, mayor salud del suelo y capacidad de adaptación al cambio climático y crisis económicas.
Así, algunos de los principales desafíos que en términos de empleo verde se avizoran para la agricultura ecológica en cualquiera de sus formas, pasan en primer lugar por garantizar el componente de trabajo decente según lo planteado por OIT (2017) (salario justo, protección social, derechos laborales, etc.); el desarrollo de competencias y capacidades adecuadas en los trabajadores (tanto profesionales como operarios) y de forma transversal, las políticas que se requieren para apoyar la transición hacia una agricultura de estas características.
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