Gestión de Residuos Urbanos
Se define como residuo a todo material, objeto o sustancia resultante de las actividades humanas que es desechado o abandonado. Es un concepto netamente económico y utilitario, con carácter subjetivo. Es decir, lo que para un usuario es considerado un residuo, para otro puede ser un recurso.
La Gestión Integral de Residuos, por su parte, refiere a un conjunto de acciones sistemáticas cuyo objetivo es reducir los residuos enviados a disposición final. Esto deriva en la preservación de la salud humana y en la conservación de los recursos naturales.
Esta comprende una serie de etapas que inicia en la generación, seguido por la recolección, transporte, tratamiento y disposición final. Además, mediante una gestión adecuada se pretende reducir los niveles de riesgo relacionados a la toxicidad o peligrosidad de los residuos.
1. Generación: deriva como consecuencia directa de cualquier tipo de actividad humana, vinculada a las prácticas de consumo cotidiano. La generación varía tanto en su cantidad como en su composición de acuerdo con factores socioeconómicos y culturales de cada lugar.
2. Recolección: consiste en recoger los residuos que se disponen en sitios indicados para tal fin. La mejor forma de recolectar es discriminando por tipo de residuo en función de su posterior tratamiento y valoración, es decir, en forma diferenciada.
3. Transporte: engloba el traslado de los residuos hacia los distintos sitios, a lo largo de toda la cadena de gestión.
4. Tratamiento: se realiza en establecimientos en donde los residuos llegan, de forma clasificada o no, para su clasificación y tratamiento.
5. Disposición final: es la última etapa del circuito de la gestión integral de los residuos sólidos urbanos y comprende un conjunto de operaciones destinadas a lograr el depósito permanente de los mismos, producto de las fracciones de rechazo inevitables.
En este sentido, la gestión de residuos debe ir siempre orientada a, en primer lugar, prevenir o minimizar la generación de estos en origen. Esto involucra un adoptar medidas desde la fase de concepción y diseí±o, hasta la de producción, distribución y consumo de una para reducir la cantidad de residuo generado por el usuario.
Para aquellos residuos que no se pueden evitar, se recomienda, luego, su reutilización, es decir, usarlo nuevamente para el mismo fin para el que fue diseí±ado o para otros, pero sin que sufra transformaciones que supongan consumo de energía y materias.
Luego, si esto no fuera posible, se sugiere el reciclado, mediante el cual los materiales de los residuos son sometidos a procesos de transformación que permitan crear nuevos productos, materiales o sustancias.
Como última medida, se recurre a la disposición final en lugares habilitados para tal fin.
EMPLEOS VERDES
En este sentido, la RAMCC cuenta hoy con 23 emprendimientos de la categoría Gestión Integral de Residuos, distribuidos en 16 municipios de Argentina.
Estos emprendedores se dedican a valorizar los residuos y darles un uso productivo. Se tienen en cuenta tanto actividades que se encargan de reciclar, compostar y/o prolongar la vida útil de materiales u objetos.
El proyecto “Empleos verdes locales: el rol de las Organizaciones de la Sociedad Civil como articuladoras de procesos de transición justa hacia una economía verde†es financiado por el “Programa Temático Organizaciones de la Sociedad Civil - Argentina 2020†de la Unión Europea, y ejecutado por la RAMCC como responsable del proyecto y la Cámara de Comercio Italiana de Rosario, In Situ y Wageningen University & Research como socios.
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